"Si un niño vive en hostilidad, aprende a pelear"
Todavía hoy en los albores del S.XXI, seguimos viendo cómo los malos tratos siguen latentes en nuestra sociedad sin distinción de condición económica o cultural.
La procedencia marginal, las familias monoparentales, la mendicidad o el terrorismo, son algunos de los factores que influyen notablemente en el tema que nos abarca, siendo efecto y causa de los mismos, creando un círculo, a veces, sin fin.
Cuando pensamos en "malos tratos", automáticamente pensamos en la violencia doméstica, abuso de poder, acoso moral; no relacionamos con estos términos a la infancia, a los niños, y sin embargo, son los más afectados y los más indefensos.
Según la ley se considera maltrato infantil realizado a todo menor de 18 años cuando su salud física o mental, o su seguridad, están en peligro, ya sea por acciones y omisiones llevadas a cabo por los padres u otras personas responsables de su cuidado produciéndose, entonces, el maltrato por acción, omisión o negligencia.
Según esta definición, podríamos enumerar diferentes tipos de maltrato:
· Maltrato físico: cualquier lesión física infringida en el cuerpo del niño, realizada con la intención de dañar.
· Abandono o Negligencia: cuando los padres o tutores no atienden, si quiera, las necesidades básicas del menor.
· Abuso sexual: el niño es usado por un adulto o por otro niño mayor, para su satisfacción sexual, y frente a este el niño no puede dar un consentimiento con conocimiento.
· Maltrato psicológico o emocional: toda aquella acción que produzca un daño mental o emocional en el niño, causándole perturbaciones de magnitudes suficientes para afectar la dignidad, alterar su bienestar, o incluso perjudicar su salud.
Los niños maltratados no se suelen presentar afectados por un solo maltrato, normalmente las consecuencias de éstos se hallan relacionadas. Por ejemplo: a un niño que se le maltrata físicamente, también se le está dañando emocionalmente.
El maltrato psicológico recoge las siguientes acciones que vamos a describir a continuación. En ocasiones, éstas, resultan ser habituales sin reparar en el límite donde termina una llamada de atención para corregir y empieza el maltrato psicológico:
Cuando se ridiculiza, se insulta, se menosprecia a un niño, se le maltrata; cuando se le somete a presenciar actos violentos físicos o verbales hacia miembros de la familia; atar a un niño a algún mueble, amenazarlo, intimidarlo, chantaje emocional; aislarlo, privarle de su libertad a oscuras, rechazarlo implícita o explícitamente, incluso acercarlo al mundo de la droga, el alcohol, los vicios...etc.; todo esto puede causar deterioros en el desarrollo social, emocional o intelectual del niño.
Este tipo de maltrato también se halla ligado al abandono emocional, donde el niño no recibe afecto, estimulación, apoyo y protección necesarios para cada etapa en su evolución personal.
CONSECUENCIAS DEL MALTRATO PSICOLÓGICO
Como apuntábamos al principio, los niños aprenden de lo que viven y la falta de un entorno familiar positivo y sano, hace que se desarrollen copiando esas actitudes y "aptitudes" negativas considerándolas normales, si no se frenan.
Los malos tratos psicológicos y la negligencia produce las siguientes consecuencias:
*Los niños sólo reciben un mensaje: no son dignos de amor y respeto
*Su autoestima es afectada, sintiéndose inferiores ante otras personas.
*Su carácter suele ser triste, melancólico, frustrado y débil, pudiendo buscar salidas en las drogas, prostitución y otras dependencias; en consecuencia, a su vez, otro círculo de maltratos.
*Suelen padecer ansiedad crónica
*Ante las experiencias nuevas se excitan desmesuradamente, aunque éstas sean positivas.
*En pocas ocasiones demuestran alegría o placer.
*Tienen dificultades en el aprendizaje. Los niños maltratados con edad escolar son más propensos a tener retrasos en el desarrollo del conocimiento del medio que los no maltratados
*El niño que no es amado tiene mala imagen de sí mismo y percibe un entorno amenazante y poco seguro
*De adultos suelen ser propensos a tener depresiones
*El exponer a un niño al abuso verbal hace que éste se cohíba y no se manifieste nunca de manera espontánea, suprimiendo, incluso aspectos de su conducta con el entorno lo que implicaría, también, un enlentecimiento del conocimiento del medio.
*La carencia de afecto hace que el niño lo busque por donde sea, llegando incluso a de pender de afecto que le pueda mostrar cualquier adulto. En consecuencia se expone a posibles abusos sexuales o al rechazo. Una vez conseguido que el adulto se fije el niño vuelve a abandonar por miedo a un nuevo rechazo o abandono. Consecuencia, esto hace que les sea muy difícil mantener una relación de pareja sana y duradera.
En general, todas las consecuencias de estos maltratos psicológicos influyen tanto en la juventud, como en la edad adulta de todo niño maltratado. En ocasione algunos consiguen romper con el círculo, comunicarse sin problemas y afrontar la situación, pudiendo desarrollarse como personas completas que creen en sí mismas, estos niños se llaman "resilentes" y esta circunstancia se da, en ocasiones, por la aparición de un adulto preocupado por ellos.
Diversos estudios afirman que el maltrato continúa de una generación a otra, de manera que el niño maltratado, de adulto, es un maltratador en potencia.
Si un niño vive en la aceptación y la amistad, aprende a encontrar el amor del mundo.
La procedencia marginal, las familias monoparentales, la mendicidad o el terrorismo, son algunos de los factores que influyen notablemente en el tema que nos abarca, siendo efecto y causa de los mismos, creando un círculo, a veces, sin fin.
Cuando pensamos en "malos tratos", automáticamente pensamos en la violencia doméstica, abuso de poder, acoso moral; no relacionamos con estos términos a la infancia, a los niños, y sin embargo, son los más afectados y los más indefensos.
Según la ley se considera maltrato infantil realizado a todo menor de 18 años cuando su salud física o mental, o su seguridad, están en peligro, ya sea por acciones y omisiones llevadas a cabo por los padres u otras personas responsables de su cuidado produciéndose, entonces, el maltrato por acción, omisión o negligencia.
Según esta definición, podríamos enumerar diferentes tipos de maltrato:
· Maltrato físico: cualquier lesión física infringida en el cuerpo del niño, realizada con la intención de dañar.
· Abandono o Negligencia: cuando los padres o tutores no atienden, si quiera, las necesidades básicas del menor.
· Abuso sexual: el niño es usado por un adulto o por otro niño mayor, para su satisfacción sexual, y frente a este el niño no puede dar un consentimiento con conocimiento.
· Maltrato psicológico o emocional: toda aquella acción que produzca un daño mental o emocional en el niño, causándole perturbaciones de magnitudes suficientes para afectar la dignidad, alterar su bienestar, o incluso perjudicar su salud.
Los niños maltratados no se suelen presentar afectados por un solo maltrato, normalmente las consecuencias de éstos se hallan relacionadas. Por ejemplo: a un niño que se le maltrata físicamente, también se le está dañando emocionalmente.
El maltrato psicológico recoge las siguientes acciones que vamos a describir a continuación. En ocasiones, éstas, resultan ser habituales sin reparar en el límite donde termina una llamada de atención para corregir y empieza el maltrato psicológico:
Cuando se ridiculiza, se insulta, se menosprecia a un niño, se le maltrata; cuando se le somete a presenciar actos violentos físicos o verbales hacia miembros de la familia; atar a un niño a algún mueble, amenazarlo, intimidarlo, chantaje emocional; aislarlo, privarle de su libertad a oscuras, rechazarlo implícita o explícitamente, incluso acercarlo al mundo de la droga, el alcohol, los vicios...etc.; todo esto puede causar deterioros en el desarrollo social, emocional o intelectual del niño.
Este tipo de maltrato también se halla ligado al abandono emocional, donde el niño no recibe afecto, estimulación, apoyo y protección necesarios para cada etapa en su evolución personal.
CONSECUENCIAS DEL MALTRATO PSICOLÓGICO
Como apuntábamos al principio, los niños aprenden de lo que viven y la falta de un entorno familiar positivo y sano, hace que se desarrollen copiando esas actitudes y "aptitudes" negativas considerándolas normales, si no se frenan.
Los malos tratos psicológicos y la negligencia produce las siguientes consecuencias:
*Los niños sólo reciben un mensaje: no son dignos de amor y respeto
*Su autoestima es afectada, sintiéndose inferiores ante otras personas.
*Su carácter suele ser triste, melancólico, frustrado y débil, pudiendo buscar salidas en las drogas, prostitución y otras dependencias; en consecuencia, a su vez, otro círculo de maltratos.
*Suelen padecer ansiedad crónica
*Ante las experiencias nuevas se excitan desmesuradamente, aunque éstas sean positivas.
*En pocas ocasiones demuestran alegría o placer.
*Tienen dificultades en el aprendizaje. Los niños maltratados con edad escolar son más propensos a tener retrasos en el desarrollo del conocimiento del medio que los no maltratados
*El niño que no es amado tiene mala imagen de sí mismo y percibe un entorno amenazante y poco seguro
*De adultos suelen ser propensos a tener depresiones
*El exponer a un niño al abuso verbal hace que éste se cohíba y no se manifieste nunca de manera espontánea, suprimiendo, incluso aspectos de su conducta con el entorno lo que implicaría, también, un enlentecimiento del conocimiento del medio.
*La carencia de afecto hace que el niño lo busque por donde sea, llegando incluso a de pender de afecto que le pueda mostrar cualquier adulto. En consecuencia se expone a posibles abusos sexuales o al rechazo. Una vez conseguido que el adulto se fije el niño vuelve a abandonar por miedo a un nuevo rechazo o abandono. Consecuencia, esto hace que les sea muy difícil mantener una relación de pareja sana y duradera.
En general, todas las consecuencias de estos maltratos psicológicos influyen tanto en la juventud, como en la edad adulta de todo niño maltratado. En ocasione algunos consiguen romper con el círculo, comunicarse sin problemas y afrontar la situación, pudiendo desarrollarse como personas completas que creen en sí mismas, estos niños se llaman "resilentes" y esta circunstancia se da, en ocasiones, por la aparición de un adulto preocupado por ellos.
Diversos estudios afirman que el maltrato continúa de una generación a otra, de manera que el niño maltratado, de adulto, es un maltratador en potencia.
Si un niño vive en la aceptación y la amistad, aprende a encontrar el amor del mundo.
Meza Màrquez Mayra Rebeca Equipo 9