domingo, 15 de junio de 2008

El Maltrato Infantil

"Si un niño vive en hostilidad, aprende a pelear"
Todavía hoy en los albores del S.XXI, seguimos viendo cómo los malos tratos siguen latentes en nuestra sociedad sin distinción de condición económica o cultural.
La procedencia marginal, las familias monoparentales, la mendicidad o el terrorismo, son algunos de los factores que influyen notablemente en el tema que nos abarca, siendo efecto y causa de los mismos, creando un círculo, a veces, sin fin.
Cuando pensamos en "malos tratos", automáticamente pensamos en la violencia doméstica, abuso de poder, acoso moral; no relacionamos con estos términos a la infancia, a los niños, y sin embargo, son los más afectados y los más indefensos.
Según la ley se considera maltrato infantil realizado a todo menor de 18 años cuando su salud física o mental, o su seguridad, están en peligro, ya sea por acciones y omisiones llevadas a cabo por los padres u otras personas responsables de su cuidado produciéndose, entonces, el maltrato por acción, omisión o negligencia.
Según esta definición, podríamos enumerar diferentes tipos de maltrato:
· Maltrato físico: cualquier lesión física infringida en el cuerpo del niño, realizada con la intención de dañar.
· Abandono o Negligencia: cuando los padres o tutores no atienden, si quiera, las necesidades básicas del menor.
· Abuso sexual: el niño es usado por un adulto o por otro niño mayor, para su satisfacción sexual, y frente a este el niño no puede dar un consentimiento con conocimiento.
· Maltrato psicológico o emocional: toda aquella acción que produzca un daño mental o emocional en el niño, causándole perturbaciones de magnitudes suficientes para afectar la dignidad, alterar su bienestar, o incluso perjudicar su salud.
Los niños maltratados no se suelen presentar afectados por un solo maltrato, normalmente las consecuencias de éstos se hallan relacionadas. Por ejemplo: a un niño que se le maltrata físicamente, también se le está dañando emocionalmente.


El maltrato psicológico recoge las siguientes acciones que vamos a describir a continuación. En ocasiones, éstas, resultan ser habituales sin reparar en el límite donde termina una llamada de atención para corregir y empieza el maltrato psicológico:
Cuando se ridiculiza, se insulta, se menosprecia a un niño, se le maltrata; cuando se le somete a presenciar actos violentos físicos o verbales hacia miembros de la familia; atar a un niño a algún mueble, amenazarlo, intimidarlo, chantaje emocional; aislarlo, privarle de su libertad a oscuras, rechazarlo implícita o explícitamente, incluso acercarlo al mundo de la droga, el alcohol, los vicios...etc.; todo esto puede causar deterioros en el desarrollo social, emocional o intelectual del niño.
Este tipo de maltrato también se halla ligado al abandono emocional, donde el niño no recibe afecto, estimulación, apoyo y protección necesarios para cada etapa en su evolución personal.
CONSECUENCIAS DEL MALTRATO PSICOLÓGICO
Como apuntábamos al principio, los niños aprenden de lo que viven y la falta de un entorno familiar positivo y sano, hace que se desarrollen copiando esas actitudes y "aptitudes" negativas considerándolas normales, si no se frenan.
Los malos tratos psicológicos y la negligencia produce las siguientes consecuencias:
*Los niños sólo reciben un mensaje: no son dignos de amor y respeto
*Su autoestima es afectada, sintiéndose inferiores ante otras personas.
*Su carácter suele ser triste, melancólico, frustrado y débil, pudiendo buscar salidas en las drogas, prostitución y otras dependencias; en consecuencia, a su vez, otro círculo de maltratos.
*Suelen padecer ansiedad crónica
*Ante las experiencias nuevas se excitan desmesuradamente, aunque éstas sean positivas.
*En pocas ocasiones demuestran alegría o placer.
*Tienen dificultades en el aprendizaje. Los niños maltratados con edad escolar son más propensos a tener retrasos en el desarrollo del conocimiento del medio que los no maltratados
*El niño que no es amado tiene mala imagen de sí mismo y percibe un entorno amenazante y poco seguro
*De adultos suelen ser propensos a tener depresiones
*El exponer a un niño al abuso verbal hace que éste se cohíba y no se manifieste nunca de manera espontánea, suprimiendo, incluso aspectos de su conducta con el entorno lo que implicaría, también, un enlentecimiento del conocimiento del medio.
*La carencia de afecto hace que el niño lo busque por donde sea, llegando incluso a de pender de afecto que le pueda mostrar cualquier adulto. En consecuencia se expone a posibles abusos sexuales o al rechazo. Una vez conseguido que el adulto se fije el niño vuelve a abandonar por miedo a un nuevo rechazo o abandono. Consecuencia, esto hace que les sea muy difícil mantener una relación de pareja sana y duradera.
En general, todas las consecuencias de estos maltratos psicológicos influyen tanto en la juventud, como en la edad adulta de todo niño maltratado. En ocasione algunos consiguen romper con el círculo, comunicarse sin problemas y afrontar la situación, pudiendo desarrollarse como personas completas que creen en sí mismas, estos niños se llaman "resilentes" y esta circunstancia se da, en ocasiones, por la aparición de un adulto preocupado por ellos.
Diversos estudios afirman que el maltrato continúa de una generación a otra, de manera que el niño maltratado, de adulto, es un maltratador en potencia.
Si un niño vive en la aceptación y la amistad, aprende a encontrar el amor del mundo.
Meza Màrquez Mayra Rebeca Equipo 9

miércoles, 11 de junio de 2008

El Juego Imaginario en Los Niños Preescolares

El juego imaginario involucra jugar a juegos que son posibles solo cuando el niño hace que objetos, personas y actividades sean lo que realmente no son.
El juego imaginario es esencial para el desarrollo de los niños. En general. comienza cuando el niño tiene dos anos, y termina alrededor de los cinco. Este tipo de juego les permite a los niños aprender sobre roles sociales, relaciones sociales, poder, control y autoridad. El juego imaginario puede incluir muchas actividades; los varones en general toman roles de súper héroes y las niñas en general son mamas, maestros, bailarinas y actrices.
Los “amigos imaginarios” son también parte del juego imaginario. Estos amigos pueden ayudar a los niños a sobrevivir transiciones importantes en sus vidas, como el divorcio de sus padres, la muerte de un ser querido, una mudanza, un cambio de escuela, el nacimiento de un hermano, una enfermedad seria. En estos casos el amigo imaginario es un compañero constante y consistente, al cual siempre se le puede acudir. El amigo imaginario es invisible para el resto del mundo; pero para el niño “existe”, tiene nombre, cualidades, defectos y hasta su propia personalidad. El amigo imaginario es alguien a quien el niño ama, odia, corrige, disciplina, lleva de vacaciones. El amigo imaginario también le permite al niño ensayar diferentes roles sociales, y explorar las áreas de disciplina, y autoridad. También lo ayuda al niño a expresar sus sentimientos, a desarrollar su auto estima y a practicar habilidades sociales. Los amigos imaginarios le permiten al niño sentirse en control de una situación y lo ayudan a lidiar con miedos, ansiedades o frustraciones.
Los padres deben permitirle al niño jugar con su amigo imaginario. Si el niño le cuenta a sus padres de este amigo, los padres pueden proveer soporte emocional, pero no involucrarse demasiado y no agregar sus propias ideas a la historia que cuenta el niño. Los padres no deben aceptar que el niño culpe a su amigo imaginario, por cosas que ha hecho el mismo.
En general un amigo imaginario es una indicación que los niños están lidiando con los factores que surgen cuando ellos empiezan a interactuar con el mundo que los rodea. Es un aspecto normal y natural del desarrollo del niño preescolar. Para los preescolares, su juego imaginario es muy real. En esta edad, la línea entre el mundo de fantasía y el mundo real no es muy clara. Pero tarde o temprano, los niños crecen emocionalmente a su debido tiempo, y el mundo de la realidad finalmente prevalece, especialmente cuando comienzan la escuela. Usualmente a esta edad, el amigo imaginario desaparece.


Componentes psicológicos del juego

En un enfoque de educación integral y globalizada, los componentes psicológicos van estrechamente vinculados a los componentes emocionales y afectivos, especialmente el factor espontaneidad, creatividad y proyección de la autonomía personal. El juego funciona en un espacio de desarrollo y aprendizaje en el que se funden los factores cognoscitivos, motivacionales y afectivos- sociales que se convierten en estímulo de la actividad, el pensamiento y la comunicación.
El interés y la decisión personal serán el motor de la actividad lúdica. Nadie puede ser obligado a jugar, esto sería perder la esencia misma del juego.
¿Qué es jugar para el niño/niña?
Es ser y hacer. Ser en cuanto a expresarse, a vivir experiencias placenteras volcando en estas sus estados emocionales, carencias, frustraciones. Es el lenguaje propio del niño/a con el que se relaciona con su medio y facilita la formación del colectivo infantil.
Hacer en cuanto a las acciones que se realizan durante el juego sin fin específico, para relacionarse, para explorar, para manipular dando significado e intencionalidad a la actividad lúdica.
Es conocer el ambiente y relacionarse con la realidad circundante, integrándose paulatinamente a ella.
Es expresar y compartir, es DECIR en acciones y luego, verbalizando lo interno. Es compartir participando en intereses comunes facilitando la interacción con los otros. El juego proporciona placer, felicidad al niño/a; consolidando un mundo diferente del de la realidad objetiva tomando elementos de ésta pero transformándolos.
A través del juego el niño/a se prepara para la vida futura, al alcanzar metas siente satisfacción, descarga energías, y consigue alivio a sus frustraciones.

LA EDUCACIÓN PREESCOLAR COMO FENOMENO SOCIAL

Una de las principales Transformaciones emprendidas en la Educación Inicial y Preescolar está dirigida a lograr un profesional capaz de accionar con familias, niñas, niños y comunidad como tríada fundamental en el fortalecimiento de la sociedad que construimos.
La importancia de la Educación Inicial y Preescolar va creciendo progresivamente, es por ello que el desarrollo de la niña y el niño es la premisa más importante en la esfera espiritual y práctica de la futura actividad del hombre adulto, de su aspecto moral y su potencial creador. Es por eso que la preocupación por educar y enseñar a las niñas y los niños desde edades tempranas es la tarea más importante de la humanidad, y constituye hoy una de las prioridades de la Educación Preescolar planteándolo como la etapa fundamental en todo el desarrollo de la personalidad del niño o la niña de 0-6 años, esta afirmación es ampliamente compartida por todos los pedagogos y psicólogos que se han ocupado desde distintas posiciones de la Educación y desarrollo del ser humano evidenciando que en esta etapa se sientan los bienes del desarrollo infantil.
La familia como núcleo social primero en que se desarrolla el niño y la niña es directamente responsable de su educación, la actitud del hombre ante la sociedad dependerá en gran parte de la experiencia familiar. Por tanto en la medida en que se comprenda y asuma el papel asignado a cada uno de los miembros de esta entidad, según sea el clima predominante en el hogar, así serán los resultados que se obtendrán en quienes son nuestro fundamental producto. Como todo proceso o hecho educativo. La Educación Preescolar tiene su historia y muy marcada su evolución y desarrollo hasta nuestros días. Toda esta preocupación por la infancia llevó a que en 1990 entrara en vigor la Convención de los derechos del niño y la niña, convenio de las Naciones Unidas que describen los derechos que tienen los niños y las niñas legalmente obligatorios y por lo que hoy día en la comunidad Científica se desarrollan diferentes proyectos Socio – Educativos que logren preparar a la familia y todas las instituciones responsables de la Educación y desarrollo de la primera infancia, y en la batalla de ideas que libera nuestro país, los programas de la Revolución concebidos en la búsqueda de una cultura general integral y perfección de los métodos educativos, se plantea el Programa Educa a tu Hijo como uno de los proyectos sociales educativos más importantes.
Por esta razón la preocupación por educar y enseñar a los niños y las niñas con es una tarea muy importante que debe tomarse desde las edades más tempranas y en la que está implicada toda la sociedad y que solo podrá resolver con el esmero, el amor y la sabiduría de los factores que la conforman logrando un hombre nuevo que piense, actué y sienta en correspondencia con lo que la sociedad demanda y exige de él teniendo en cuenta sus capacidades y garantizándole la posibilidad del éxito.

reflexiones acerca de los retos y dilemas de la pedagogía

Durante más de una década nos ocupa la necesidad de evitar la rutina en la labor docente3 mediante un crecimiento profesional, acorde a la madurez cronológica y al cambio de niveles en la tarea que me ocupa hasta hoy. Considero que así, las acciones adquieren una direccionalidad consciente que transforma la práctica educativa en algo que se puede observar de manera reflexiva y crítica, lo cual demanda conocer cómo procedemos cuando enseñamos y, si hemos implementado prácticas innovadoras, constatar si se ha logrado algún cambio en los sujetos involucrados en el proceso educativo. Esta manera de asumir el quehacer docente, plasma lo que Schön (1987, p. 9) caracteriza como la tendencia de “pensar mientras se está haciendo”, factor relevante en la autoformación permanente del ejercicio profesional de la educación.
Otra razón importante para llevar a cabo este trabajo, es la necesidad de adecuar el programa institucional a las expectativas, intereses y o posibilidades de los y las integrantes del grupo ante la propuesta que formula el programa de la asignatura. Giraux (1987) dice que no se pueden implementar procesos innovadores si no partimos de la negatividad; ésta implica cuestionar lo que se da como único, verdadero y, por lo tanto, entendido siempre como algo incuestionable; que, en nuestro caso, es el currículo institucional. Ello, aunado a la necesidad de despertar el interés del alumnado, respecto al cumplimiento de un temario que los motive a asumir un aprendizaje como ejercicio placentero, tal como lo concibe Cámara (2006). Razón que aún tiene más peso, cuando se tiene un estudiantado que cumple dobles jornadas de trabajo, durante toda la semana.
Además, la reflexión de la práctica docente se ha visto motivada por nuestra visión constructivista del proceso de la praxis educativa, como génesis de un quehacer dinámico que aumenta las expectativas de los sujetos involucrados sobre el programa que se cumple. En esta condición de praxis, la práctica educativa se eleva del nivel dictaminado por la tradición -que indica cómo se piensan, hacen y dicen las cosas-, al nivel de conciencia reflexiva, mediante el ejercicio sistemático del pensamiento crítico. (Carr, 1996). En esta concepción, la planificación involucra a los estudiantes al plantear la necesidad de mancomunar los esfuerzos y compromisos de los sujetos actuantes (maestra, estudiantes programa), en un proceso de aprendizaje asumido con un sentido comunitario, donde “se busca aprender a aprender, no a depender para aprender” (Cámara, 2004, p.107).
En síntesis, el presente escrito recupera una inquietud personal de ejercer con una postura crítica, tanto la docencia como el aprendizaje Esta actitud se ha visto motivada por los resultados obtenidos en un proceso favorecido con estrategias pedagógicas4 estructuradas con técnicas didácticas, como el trabajo colaborativo, promotoras de la interacción socio-cultural mediada por el lenguaje. Por lo que, el quehacer académico se asumió como una práctica reflexiva; en este caso, de quien impartía la materia y de los que eran los estudiantes y, al mismo tiempo, ejercían la docencia.

martes, 10 de junio de 2008

LOS NIÑOS Y LA PENA DE MUERTE DE UN SER QUERIDO


La reacción de un niño por la muerte de un ser querido es muy diferente a la reacción de las personas mayores. Los niños de edad pre-escolar creen que la muerte es temporera y reversible; esta creencia está reforzada por los personajes en dibujos animados que se "mueren" y "reviven" otra vez. Los niños de entre cinco y nueve años comienzan a pensar más como los adultos acerca de la muerte, pero todavía no pueden imaginarse que ellos o alguien que ellos conozcan pueda morir.
Al choque y a la confusión que sufre el niño que ha perdido su hermanito, hermanita, papá o mamá se le añade la falta de atención adecuada de otros familiares que lloran esa misma muerte y que no pueden asumir adecuadamente la responsabilidad de cuidar al niño.
Los padres deben de estar conscientes de cuáles son las reacciones normales de los niños ante la muerte de un familiar, así como de las señales de peligro. De acuerdo a los psiquiatras de niños y adolescentes, es normal que durante las semanas siguientes a la muerte algunos niños sientan una tristeza profunda o que crean que el ser querido continúa vivo. Sin embargo, la negación a largo plazo a admitir que la muerte ocurrió o el evitar las demostraciones de tristeza no es saludable y puede resultar en más problemas severos en el futuro.
No se debe obligar a un niño que está asustado a ir al velorio o al entierro, sin embargo, se recomienda que se les haga participar en alguna ceremonia como, por ejemplo, encender una velita, decir plegarias o visitar la tumba.
Una vez que el niño acepta la muerte, es normal que manifieste su tristeza de vez en cuando a través de un largo período de tiempo, a veces en momentos inesperados. Sus parientes deben de pasar todo el tiempo posible con el niño y hacerle saber bien claro que tiene permiso para manifestar sus sentimientos libre y abiertamente.

Si la persona muerta era esencial para la estabilidad del mundo del niño, la ira es una reacción natural. Esta ira se puede manifestar en juegos violentos, pesadillas, irritabilidad o en una variedad de otros comportamientos. A menudo el niño se mostrará con enojo hacia los miembros sobrevivientes de la familia.
Después de la muerte de un padre o una madre, muchos niños actuarán como si tuviesen menor edad. El niño temporeramente actúa de manera más infantil exigiendo comida, atención, cariño y habla "como un bebé".
Los niños más pequeños creen que ellos son la causa de lo que sucede a su alrededor. El pequeño puede creer que su papá, abuelito, hermano o hermana se murió porque él una vez "deseó" que se muriera. El niño se siente culpable porque cree que su deseo se "realizó".
Algunas señales de peligro que hay que velar:

-un período prolongado de depresión durante el cual el niño pierde interés en sus actividades y eventos diarios;
-insomnio, pérdida del apetito o el miedo prolongado a estar solo;
-regresión a una edad más temprana por un período extendido de tiempo;
-imitación excesiva de la persona muerta;
-decir frecuentemente que quisiera irse con la persona muerta;
-aislamiento de sus amiguitos; o
-deterioro pronunciado en los estudios, o el negarse a ir a la escuela.

Estos síntomas de aviso pueden indicar que se necesita ayuda profesional. Un psiquiatra de niños y adolescentes puede ayudar al niño a aceptar la muerte y asistir a los sobrevivientes para que ayuden al niño durante el proceso de pena y luto.

No. 8 (Revisado 4/98)
SALAZAR MUNIVE LIZETH 104 EQUIPO 9

LOS NIÑOS Y LA VIOLENCIA EN LA TELEVISION

LOS NIÑOS Y LA VIOLENCIA EN LA TELEVISION

Los niños americanos ven televisión por un promedio de tres a cuatro horas diarias. La televisión puede ser una influencia poderosa en el desarrollo de un sistema de valores y en la formación del comportamiento. Desgraciadamente, una gran parte de la programación actual es violenta. Cientos de estudios sobre los efectos de la violencia en la televisión en los niños y los adolescentes han encontrado que los niños pueden:

-volverse "inmunes" al horror de la violencia;
-gradualmente aceptar la violencia como un modo de resolver problemas;
-imitar la violencia que observan en la televisión;
-identificarse con ciertos caracteres, ya sean víctimas o agresores.


Los niños que se exponen excesivamente a la violencia en la televisión tienden a ser más agresivos. Algunas veces, el mirar un sólo programa violento puede aumentar la agresividad. Los niños que miran espectáculos en los que la violencia es muy realista, se repite con frecuencia, o no recibe castigo, son los que más tratarán de imitar lo que ven. El impacto de la violencia en la televisión puede ser evidente de inmediato en el comportamiento del niño o puede surgir años más tarde y la gente joven puede verse afectada aun cuando la atmósfera familiar no muestre tendencias violentas.

Esto no indica que la violencia en la televisión es la única fuente de agresividad o de comportamiento violento, pero es un contribuyente significativo.
Los padres pueden proteger a los niños de la violencia excesiva en la televisión de la siguiente manera:
prestandole atención a los programas que los niños ven en la televisión y mirando algunos con ellos; estableciendo límites a la cantidad de tiempo que pueden estar viendo televisión;
señalandoles que aunque el actor no se ha hecho daño ni se ha muerto, tal violencia en la vida real resulta en dolor o en muerte; negandose a dejar que los niños vean programas que se sabe contienen violencia, y cambiando el canal o apagando la televisión cuando se presenta algo ofensivo, explicandoles qué hay de malo en el programa; no dando su aprobación a los episodios violentos frente a sus hijos, enfatizando la creeencia de que tal comportamiento no es la mejor manera de resolver un problema; contrarrestando la presión que ejercen sus amigos y compañeros de clase, comunicandose con otros padres y poniendose de acuerdo para establecer reglas similares sobre la cantidad de tiempo y el tipo de programa que los niños pueden mirar.
Los padres deben de también tomar ciertas medidas para prevenir los efectos dañinos de la televisión en temas tales como los asuntos raciales y los estereotipos sexuales.


La cantidad de tiempo que los niños miran televisión, no importa el contenido, debe de ser moderada, ya que impide a los niños el llevar a cabo otras actividades de mayor beneficio, tales como el leer y el jugar con sus amigos. Si los padres tienen dificultades serias estableciendo límites o mucha preocupación sobre cómo su niño está reaccionando a la televisión, ellos deben de ponerse en contacto con un psiquiatra de niños y adolescentes para que los ayude a definir el problema.


LAURA ANGÉLICA ALVARADO ÁVILA. GRUPO 104. EQUIPO: 9