jueves, 3 de abril de 2008

LA IMPORTANCIA DEL JUEGO

Un bebé necesita jugar desde los primeros meses, encontrando como delicioso juguete sus pies y manos. Los adultos hemos de ayudar a descubrirlos y usarlos. Tan grave es que un niño no duerma como que no juegue, porque el juego contribuye al buen desarrollo psicomotriz, que es la base de un aprendizaje adecuado. El juego es una educación temprana, pero necesaria y positiva, que no le podemos negar.

EL JUEGO COMO APRENDIZAJE Y ENSEÑANZA :

El juego bien orientado es una fuente de grandes provechos. El niño aprende porque el juego es el aprendizaje y los mejores maestros han de ser los padres.
Como adultos tendemos a pensar que el juego de los niños es algo demasiado infantil como para convertirlo en parte importante de nuestra vida, y no es así.

Para los niños, jugar es la actividad que lo abarca todo en su vida: trabajo, entretenimiento, adquisición de experiencias, forma de explorar el mundo que le rodea, etc. El niño no separa el trabajo del juego y viceversa. Jugando el niño se pone en contacto con las cosas y aprende, inconscientemente, su utilidad y sus cualidades.

Detecciòn de sordera

DETECCIÓN PRECOZ DE LA HIPOACUSIA INFANTIL

La hipoacusia es la disminución de la percepción auditiva. La audición es la vía habitual para
adquirir el lenguaje, uno de los más importantes atributos humanos. Los niños afectados por
una hipoacusia padecen retraso en el lenguaje y académico, y tienen peores expectativas
laborales y profesionales.
El 1,5 por mil de todos los recién nacidos padecerán una sordera de moderada a profunda.
El diagnóstico temprano de la sordera y la rehabilitación adecuada previenen la consecuencia
más importante de la hipoacusia infantil: crecer sin un lenguaje. El objetivo último es el
incremento máximo de las aptitudes lingüísticas y de comunicación, y el desarrollo de la
capacidad de lectura y de escritura de los niños que padecen una hipoacusia importante o son
sordos. Los medios para conseguirlo son la detección antes del mes de vida, el comienzo del
estudio diagnóstico antes de los 3 meses de edad y la intervención antes de los 6 meses de
vida. Sin embargo, la realidad es muy diferente y la edad promedio de diagnóstico sobrepasa
los 2 años.
En los niños de entre 1 y 3 años debe prestarse atención especial a las otitis serosas
persistentes, que pueden interferir notablemente con la audición y, por tanto, con la adquisición
del lenguaje y el aprendizaje. Es fundamental la existencia de timpanometría accesible a todos
los niños para diagnosticar y seguir esta patología. La prevalencia de otitis serosa es muy alta y
generalmente se resuelve espontáneamente. La agresividad del tratamiento dependerá del
grado de hipoacusia y la duración de ésta.
El principal síntoma de sordera es la falta de desarrollo del lenguaje a la edad adecuada.
EL AGUA Y EL NIÑO DE 3, 4 Y 5 AÑOS

Para acceder al aprendizaje acuático, el niño deberá comenzar por resolver algunos problemas:
ver e incorporar la dimensión del natatorio... ingresar en él... separarse de sus padres... separarse de su maestra del Jardín... conocer otros docentes, y confiar en ellos... integrarse a nuevos gruposy más...No será el adulto-docente quien resuelva todo esto: es el niño quien, en base a sus experiencias previas, deberá hacerlo.Si las experiencias previas han sido positivas se crea en él la necesidad de la actividad acuática: vamos bien, pues todo aprendizaje es una respuesta a una necesidad. En el caso de un niño sin experiencia previa, —y sabiendo que por su evolución socio-afectiva y motora está desarrollado para la actividad— deberíamos basarnos en una didáctica específica que lo lleve sin angustias a resolver todas las situaciones que puedan plantearse en el aprendizaje acuático.

Proponemos entonces el desarrollo de:

*aprendizajes afectivos y actitudinales
*el conocimiento del esquema corporal
*la educación del movimiento
*la formación acuática de base
*la habilidad acuática general y especial de la natación
*la independencia acuáticala seguridad